Actividades y Rutas

Para acabar con este recorrido de actividades estacionales, vamos a centrarnos ahora en las actividades de final de año. Micología, Fiestas patronales y la matanza convierten a esta época de año en algo único.

FINES DE SEMANA MICOLÓGICOS (SEPTIEMBRE, OCTUBRE Y NOVIEMBRE)

Fines de semana micológicos por excelencia: El inicio del otoño marca la llegada de la deseada temporada de setas. Todos los vecinos del pueblo y todos nuestros visitantes tienen la oportunidad de descubrir nuestros montes y disfrutar de la flora y la fauna mientras recolectan estas delicias de la naturaleza.

HALLOWEEN (OCTUBRE)

Truco o trato!!! Los niños del pueblo se disfrazan y piden dulces en las casas del pueblo. Se celebran chocolatadas y juegos infantiles.

FIESTAS DE LA PATRONA (Diciembre)

Se celebra el 10 de Diciembre es la patrona de Arauzo de Miel, empieza el día con un gran replique de campanas y misa solemne en honor a Santa Eulalia. Por la tarde se celebra baile en la plaza mayor y al día siguiente se celebra una misa por todos los difuntos.

LA MATANZA (Diciembre)

Antiguamente era una fiesta íntima y se invitaba a familiares, allegados, amigos de la casa,… Gracias al paréntesis invernal se aprovechaba el tiempo para sacrificar al cerdo, llamado aquí cochino. Cortar pan y cebolla para las morcillas, afilar los cuchillos, y preparar todo lo concerniente, nos confirmaba el acontecimiento en la casa de fulanito de tal. Los jóvenes, después de cenar, recorrían las calles haciendo sonar las cacerolas, almireces y tapas de perolas, juntándose en la plaza con las personas que coincidían en la matanza ese mismo día, entonando cánticos populares, desafiando a las inclemencias del tiempo.
Mientras los mayores, después de la cena, daban paso a la partida de cartas, cerrando el acto con una copita de anís u orujo, idénticas a las que habían comenzado el día. Ya la primera noche se notaba otro decorado en la cocina de la casa, pues de los machones colgaban las nuevas morcillas.

Al día siguiente, se celebraba merienda. Por la tarde las mujeres se encargaban de picar la carne para los chorizos y güeñas. Se preparaban los ajos para el adobo de la carne, costillares y huesos, condimentado con especias, que daban olor a toda la casa. Hoy esta costumbre ha cambiado y se prefiere comprar el cochino