A través del tiempo ha ido cambiando, evolucionando, pero sin perder ni ún ápice de su encanto y sin olvidar su historia,
que a continuación os relatamos:
Durante mucho tiempo, fue una casa familiar, dando cobijo dentro de sus gruesas paredes a cuatro familias.
Más tarde su destino fue servir de carnicería.
Su siguiente parada en el camino del tiempo fue acoger un cortijo de animales.
Posteriormente vio como sus muros se transformaban en molino.
Y finalmente y para poder compartir y disfrutar con todos vosotros, Casa Rural.
Toda esta historia es lo que hace que la casa de la Abuela Pilar tenga un carácter atemporal y esté llena de grandes recuerdos.
Esperamos que durante vuestra estancia, os sintáis en nuestra casa como si fuera vuestra.
En las siguientes fotografias podemos ver la transformación de la casa hasta convertirse en Casa Rural.
Queremos agradecer especialmente a la empresa Alberto del Río Ontañón,
encargada de la restauración y reforma de la casa por la increíble labor realizada.